Manzanillo.- El intermedio de la semana trae las emociones agolpadas al centro de la ciudad del Golfo, sitio donde está sembrado por derecho propio, el amor del pueblo hacia una obra que hoy cumple sus 89 años: la radiodifusión manzanillera.
Fue el español Jesús Armesto Braña el encargado de prender el éter y la señal se abrió paso entre los lugareños, que con el decursar del tiempo la hicieron suya y arroparon desde el cariño que significa sentirla cerca, única y vital, casi cuando el almanaque alcanza la nueve décadas de encumbrado desempeño.
No es alabanza del joven periodista, a quien bien pudiese perdonársele hoy cualquier adjetivación porque creció entre las paredes del mágico edificio de la calle Martí y León; es certeza confirmada a lo largo de los años porque ese medio de difusión masiva aquí es considerado escuela de escuelas, entre sus similares de la Isla.
Basta señalar que hoy, varios de los locutores y realizadores que forman equipos en emisoras nacionales, con premios y distinciones, tienen a Radio Granma como pasión inolvidable, como despegue de un crecimiento profesional de raíz manzanillera.
Hoy el colectivo se renueva, pero acierta en el empeño de perfeccionar la obra que recibieron de las manos de consagradas figuras del medio aquí, entre ellos Tomás Ernesto Martínez Robles, único granmense que posee en sus vitrinas el Premio Nacional de la Radio.
Cada objetivo tiene en el presente el cardinal objetivo de poner en antena un producto de superior calidad artística, moderno y apegado a las exigencias de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, sin perder la autenticidad, tan criolla como el son, a orillas del Guacanayabo.
El miércoles se hace diferente aquí porque cada programa de la RG es reflejo de una obra sólida, fresca y apasionada, jubilosa del cariño compartido y multiplicado entre realizadores y oyentes, que brindan por la salud y el amor de una señal que está al centro del alma de su pueblo.