El coloquio Teatro interactivo, participativo y transformador tuvo lugar durante el encuentro internacional escénico Primavera Teatral en Bayamo, espacio de diálogo entre creadores escénicos que comentaron las múltiples experiencias de distintas partes de Cuba sobre el teatro comunitario.
En el espacio desarrollado en la sede de la Asociación Hermanos Saiz de Granma y moderado por la actriz y directora artística de la Guerrilla de Teatreros Yamisleidi Reyes, se expusieron múltiples opiniones y anécdotas que enriquecen la vida de los comunitarios y la visión de los teatristas.
El actor y director de Teatro La Barca en Guantánamo, Ury Rodríguez, expresó que el teatro se ha convertido en algo muy íntimo para los pobladores de la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, fundada en el año 1991.
Ese reconocimiento popular, ese acompañar al crecimiento de generaciones, a los campesinos en la cotidianidad, el compartir con ellos alimentos, trabajo, otorga al hecho artístico una cualidad especial.
También participaron: Juan González Fiffe, actor y director de Teatro Andante; René Reyes actor y director de la Guerrilla de Teatreros, y Ramón Silverio, actor, promotor y director del Mejunje Teatral centro cultural y compañía, para los que el teatro es manera de vivir y construir, porque hay puestas que surgen a partir del contacto con los pobladores, que se nutren de hechos cotidianos y se devuelven, así las personas se ven reflejadas.
Ury Rodríguez presentó el libro A Baracoa me voy. Una Cruzada Teatral, de Isabel Cristina y Jorge Ricardo, del que leyó fragmentos y expresó está hecho con poesía, encanto, sutileza.
El texto, aclara, no es libro de historia, ni teatrología, si habla de antropología, de la naturaleza, de resistencia, de la cultura de la resistencia. Habla del paso de los artistas por los seis municipios de Guantánamo que recorre la Cruzada acompañada de hermosas instantáneas.
En la mesa de intercambio se exhibió el documental El otro Silverio con dirección de José Aparicio Ferrera, donde se muestra la historia de un niño de campo, que cabalgaba sobre troncos como caballos, que creció con la riqueza del empirismo y el conocimiento de la naturaleza y cómo el conocer el teatro, el arte, cambió su destino.
Con absoluta naturalidad, Silverio, reconocido en el país por su sostenido trabajo de promoción cultural, cuenta como si fuera aún un niño que le tocó ser sanador de gentes, de matas de rosas con peligro de secarse, de mangos que no paren, a través de dones espirituales. Que entre sus vivencias está ser testigo de la travesía de la tropa del Che a Santa Clara. Se reconoce como promotor cultural desde pequeño y su rol de declamador de poemas de José Martí.
Poeta, pedagogo, nacido en un hogar pobre de campo en 1949 en un parto difícil, lo marcaron para siempre. Así cada uno expresa sus opiniones y concluyen que el treatro comunitario es valedero y edificador, va a contracorriente porque sale de las salas escénicas y hace de la vida cotidiana un gran escenario.
Por: La Demajagua
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