Lleva el nombre en honor a los esgrimistas que perdieron la vida en Barbados.  Fue construido con el apoyo popular, dirigidos por un grupo destacado de promotores del deporte entre los cuales figuraban personalidades de la cultura, las leyes, el comercio y representantes de las clases más humildes, que formaron un patronato denominado Pro-Campo Deportivo de Bayamo, cuya principal misión era conseguir fondos para la construcción de un estadio, los miembros decidieron emprender, casa por casa, una campaña de recaudación popular bajo el slogan: “Ponga usted un ladrillo y Bayamo tendrá un estadio”.