Una de las acciones de enfrentamiento a la Covid-19, reconocidas por la población granmense, han sido las pesquisas sanitarias por parte de autoridades de la Salud, grupos comunitarios y estudiantes para develar posibles focos de la epidemia.
Una labor encomiable que se desplegó en toda Granma, buscando minuciosamente a potenciales casos de la epidemia.
Las acciones de pesquisaje, sobre todo en áreas con focos se han mantenido, develando las brechas por donde la Covid-19 se esparce, sin embargo en este instante, en no todas las áreas reciben ese control.
Ya se hacían habituales el saludo, preguntas como si fiebre, catarro, tos u otras sintomatologías que caracterizan a la Covid-19 y que en la medida que se ha estudiado la pandemia se han ido identificando y ampliando, sin embargo notamos la ausencia de esas visitas.
Cierto que están más concentrados en las área consideradas focos de la infección, más la pesquisa constituyó un factor sicológico, no sólo de seguridad, sino de control al posible brote. Se preguntaba sobre las personas vulnerables, cómo se protegían o si tenían alguna otra dolencia, necesaria de una atención médica significativa.
La nueva normalidad alejó un tanto el pesquisaje masivo y a esos rostros jóvenes detrás de las mascarillas averiguando por nuestra salud física y mental, una tarea que necesariamente deberá ser retomada, pues el número de casos positivos en nuestro territorio aumenta, sustentado por irresponsabilidades individuales y falta de percepción del riesgo de contraer la enfermedad.
La pesquisa profunda y general, como ha indicado el país, estamos seguros que nos ayudará a crear nuevamente esa disciplina y cumplimiento de los protocolos higiénico-sanitarios, para derrotar, con la ayuda de todos a la Covid-19.
Por: Marisela Presa Sagué
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